Siluetas...

Una de las partes más apasionantes del proceso fotográfico es, para mí, la previsualización. Antes de cada salida, y una vez que tengo claro dónde voy a ir y qué voy a fotografiar, intento previsualizar las imágenes que me gustaría hacer. Para ello, y conociendo el escenario elegido, voy componiendo mentalmente las imágenes con los primeros planos que tengo controlados, y a los que voy añadiendo la luz y tonalidades que me gustaría encontrar. Éste ejercicio, que quizás requiera algo de práctica, me resulta muy útil pues, una vez que estoy en el sitio, tan sólo tengo que reconocer la imagen mental que he creado en  ese escenario y observar si las condiciones son las que había imaginado. Por desgracia, no siempre ocurre que lo que he imaginado se da en la realidad, por lo que la mayoría de las veces no me queda más remedio que esperar a que ocurra en otra ocasión.

Algo así es lo que me sucedió aquella tarde. Tenía una serie de imágenes mentales que quería conseguir pero, a medida que aquella carretera me acercaba a mi objetivo, fui dándome cuenta de que aquella tarde no iba a encontrar lo que buscaba pues aquella luz no era la que había imaginado. Sin embargo, y a pesar de todo, decidí estudiar la situación y ver qué posibilidades me ofrecía. De repente, ví un hermoso juego de luces y sombras en las montañas del fondo. La luz iba dibujando una serie de siluetas que iban sucediéndose y difuminándose hacia el fondo. La ausencia de unas tonalidades atractivas hizo que viera la imagen en blanco y negro, así que fue así como la procesé...

Suena "The gentle light that wakes me"...


Buenas luces!