Aquella mañana te prometí que te llevaría a un lugar muy especial. Aún no habías bajado del coche y tus ojos se perdían en la inmensidad de aquel lugar. Ese día fue un día especial, quizás no tanto como mañana, pero te prometí que te llevaría a un lugar que te gustaría y así fue. Hoy me gustaría prometerte que serás siempre feliz y que la vida te devolverá esa hermosa sonrisa que siempre se dibuja en tus labios. Pero, la verdad, es que sólo puedo prometerte que siempre estaré a tu lado para hacer que tus sueños se cumplan. Para tí, con todo mi cariño...