Cuando la luz y las formas que dibuja el agua se alían, se crean paisajes que pierden su escala o toda referencia con la realidad. Lo que veis en esta serie fotográfica, podría tratarse de un pequeño riachuelo de apenas unos metros o, tal vez, de una enorme porción de cualquier mar. Ésta es, posiblemente, una de las herramientas más potentes de la fotografía: la posibilidad de aislar motivos y descontextualizarlos de su entorno para transmitir o sugerir una idea. Y es ahí donde entra en juego el factor mental de cada uno y su capacidad para atreverse a recorrer cada imagen y dejarse llevar por vuestra imaginación.
Saludos!