Hace unas semanas fui a la Marjal de Pego-Oliva con la intención de hacer algo de paisaje y, al mismo tiempo, huir un poco del agobio de bañistas y embarcaciones que invaden nuestra costa por esas fechas. Siempre me gusta llegar pronto a los sitios (incluso al trabajo!) y con la fotografía me pasa lo mismo. Me gusta llegar con tiempo suficiente para darme una vuelta tranquilamente, "meterme" en el paisaje y estudiar localizaciones pero, aquella tarde, llegué demasiado pronto y el calor apretaba... Todavía faltaban un par de horas para las últimas luces, así que la mejor opción era darse una vuelta por la marjal y buscar, obviamente, algún rinconcito a la sombra para hacer alguna foto. No tardé mucho en encontrar el sitio y, la verdad, es que me entretuve bastante haciendo algunas composiciones que ya os mostraré en otra ocasión. Tanto, que cuando me dí cuenta el sol ya estaba poniéndose, por lo que tuve que apresurarme en hacer aquel encuadre que había visto y marcharme hasta la localización que tenía pensada para las últimas luces.
En cuanto llegué, lo primero que me llamó la atención fue la gente que había por allí. Normalmente me encuentro con alguien por allí dando algún paseo pero, aquella tarde, había más gente de lo normal. El sol ya se había puesto y las luces del atardecer eran muy pobres y no habían nubes para llenar el encuadre. Aún así, monté la cámara en el trípode e me puse a hacer algunas fotillos para ir entrando en calor (nunca mejor dicho) y prepararme para lo que pensaba que vendría después.
Unos minutos después, mientras cambiaba de óptica, ví que alguien se acercaba hacia donde yo me encontraba. Llevaba dos cámaras profesionales colgando, por lo que supuse que un fotógrafo que estaba haciendo fotos por allí. Después de saludarnos, se detuvo a mi lado unos instantes. Parecía simpático, pues me comentó así de broma que llegaba tarde y que me había perdido el atardecer. Le conté que había estado haciendo unas fotos en otro sitio y que se me había hecho un pelín tarde. Luego me contó que era profesional y que estaba haciendo un reportaje. Después de algún comentario más, nos despedimos y se marchó.
Y ahora os cuento lo del TPE. La verdad es que hace tiempo que tengo ganas de hablaros del TPE (The Photographer's Ephemeris). Sé que muchos ya lo utilizáis, pero para los que no lo conozcáis os diré que se trata de un programita muy sencillo cuya principal utilidad es que, a través de google maps, podemos situar la localización a la que queremos ir y el programa nos facilita la hora de salida y puesta del sol y de la luna, así como su recorrido. Para los que hacemos paisaje, es muy interesante pues podemos saber con antelación por dónde saldrá el sol o la luna y por dónde se pondrán además de la hora, facilitándonos la tarea de buscar la mejor localización para fotografiar paisaje.
El caso es que, aquel día, había estado mirando en el TPE que la luna iba a salir por detrás de Segaria y que la localización que tenía pensada podía ser interesante para intentar fotografiarla. Ésa era, pues, la idea que tenía en mente y lo que había ido a fotografiar en realidad. Y así sucedió, instantes después de marcharse el fotógrafo (que supongo no conocía o no había mirado el TPE), la luna salió por detrás de la montaña y empezó el espectáculo...
Saludos y buenas luces!