Cuando ví aquellos reflejos me quedé hipnotizado. Me parecían unos reflejos imposibles, increíblemente bellos. Os juro que estuve unos minutos embelesado contemplándolos, sin casi atreverme a montar la cámara e intentar fotografiarlos. Un rato después, cuando ya fui consciente de que eran reales y que no formaban parte de mi imaginación, fue cuando mi cámara los capturó*.
Instantes como éste que os muestro son, para mí, hermosos y delicados tesoros que la naturaleza me hace descubrir y con los que consigue sorprenderme y motivarme para seguir retratando su increíble belleza...
Como véis, a veces la belleza está en lo más simple...
Buenas luces!
(*) Imagen no retocada con PS, tan sólo se han realizado los ajustes básicos para su publicación así como un ligero recorte para darle ese formato panorámico.
Con la mestria de tus imágenes, tus ojos son nuestros ojos, y yo te agradezco enormemente que me hayas hecho partícipe de esta maravilla.
ResponderEliminar