Poco a poco la crisálida se fue abriendo y la princesa pudo, por fin, desplegar sus alas y acariciar el aire, la libertad, la vida... Os muestro tal vez uno de los momentos más mágicos que mi cámara ha podido capturar, la eclosión de una Papilio machaon. Espero que os guste.
Supongo que todo lo que me gusta de la foto tiene un nombre técnico, pero para qué te voy a contar lo de la nitidez, el color, el procesado, las líneas, el encuadre y demás, si lo que realmente estoy pensando es que la foto es increíble. PUes eso, que me encanta.
ResponderEliminarEs absolutamente impresionante.
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