Cae la noche, termina la jornada fotográfica. Es hora de irse a casa, descargar las tarjetas, repasar las fotos y asimilar los instantes que has vivido. Sin embargo, es pronto todavía y piensas que la tarde aún puede dar de sí.
Mientras las últimas luces de la tarde acarician la luna que se asoma tímidamente sobre las montañas, la ciudad empieza a llenarse de luces y de vida... Mar y montaña, colores de una noche mediterránea...
Saludos!
Ooooooh. Así las retiradas de las jornadas foteras son un gusto.
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