08 octubre 2010

Concursos y abusos...


Hace unos días, un amigo fotógrafo me envió las bases de un concurso de fotografía por si quería participar. El tema era interesante, así que me puse a leer las bases para ver si me animaba y enviaba alguna foto. Mi sorpresa fue cuando llegué al punto 8 de las bases que decía que la propiedad de las fotografías pasaría a manos de la empresa organizadora. ¡Toma ya! ¡Menuda jeta! Ahora mismo no sé si pensar que los organizadores no se asesoraron debidamente a la hora de redactar las bases (cosa extraña, pues siempre hay asociaciones y fotógrafos dispuestos a colaborar) o las redactaron expresamente con toda la intención de hacerse, por muy poco dinero en premios, con un buen puñado de imágenes libres de derechos para utilizarlas con total libertad para promocionar su empresa. Lo que sí tengo claro es que, concursos como éste, vulneran la ley de propiedad intelectual ya que los derechos de las fotos SIEMPRE pertenecen al fotógrafo a no ser que éste decida venderlos o cederlos a terceros.

Sin embargo, no os hablo de nada nuevo. Lamentablemente éste es tan sólo un ejemplo de lo que podéis encontrar entre la creciente oferta de concursos fotográficos. Parece que con la crisis, las empresas y organismos buscan nuevas fórmulas para conseguir imágenes sin tener que destinar demasiado presupuesto en premios o tener que contratar los servicios de un fotógrafo profesional.

Como algunos sabéis, durante varios años he participado en numerosos concursos de carácter nacional e internacional y, a pesar de haber resultado premiado en varios concursos, mis experiencias han sido de lo más variopintas. Y eso que siempre he leído las bases "con lupa", participando tan sólo en aquellos con bases correctas que no vulneraban mis derechos como autor y descartando automáticamente, por muy golosos que fueran los premios, todos aquellos concursos con bases abusivas o sospechosamente ambiguas. Aún así, me he llevado demasiadas "sorpresas" y engaños por parte de organismos (incluso públicos!): concursos que no me han devuelto mis obras no premiadas, concursos que me han devuelto mis fotos completamente destrozadas, etc.

Pero también me he llevado sorpresas en concursos en los que todo parecía muy legal y "transparente". Recuerdo (vaya si lo recuerdo!) un concurso organizado por el ayuntamiento de un famoso municipio valenciano en el que participé hace unos años. Aparentemente, las bases eran del todo correctas y no había ningún apartado ambiguo o sospechoso. Se concedían tres premios para color y tres para blanco y negro, ninguno más. Sin embargo, el fallo del jurado nos sorprendió a muchos de los que participamos (entre ellos, fotógrafos de gran prestigio nacional): dada la "alta calidad "de las obras presentadas, el jurado decidió inventarse unos cuantos accésits (sin ningún tipo de compensación económica, claro) amparándose en el último punto de las bases que decía que "el jurado está facultado para resolver cualquier duda sobre la interpretación de las bases". En otras palabras, que podían hacer lo que les diera la gana. Estaba claro que aquello era un atraco a mano armada en toda regla puesto que "se hacían" (por no decir "robar") con un puñado de obras más, que pasarían a engrosar su colección y, por tanto, su patrimonio. Lo peor de todo fue la sensación de impotencia ante la situación, pues a pesar de enviarles un escrito mostrándoles mi indignación y reclamándoles la devolución de mi obra (me consta que otros participantes también lo hicieron), nunca recibí contestación alguna ni, por supuesto, mi foto que supongo estará decorando el despacho del político de turno.

Curiosamente, esta semana he sabido que Iñaki Relanzón, uno de los mejores fotógrafos profesionales de naturaleza de nuestro país, ha renunciado a formar parte del jurado del famoso Maratón Fotográfico FNAC de Barcelona porque sus bases vulneran los derechos de Propiedad Intelectual de los fotógrafos (ver noticia, en catalán). Pienso que gestos como el de Iñaki son los que deberíamos tomar como ejemplo para luchar contra los continuos abusos que sufrimos los fotógrafos. Es fundamental que, tanto las asociaciones  fotográficas como los mismos fotógrafos, no entremos en ese juego y nos neguemos a participar y dar difusión a ese tipo de concursos.

Así que ya lo sabéis, si decidís probar suerte en los concursos, leeros detenidamente las bases y si véis algún apartado sospechoso no dudéis en no participar, mejor curarse en salud. Ah, y si de verdad queréis hacer algo para terminar con este tipo de abusos, hacedlo saber a los organizadores y, como no, a todos los fotógrafos a través de foros, blogs, etc. 

Suerte y cuidadín...
 
 

3 comentarios:

  1. Si senyor, molt bona advertencia...això em passa a sovint ja que el afan de presentar fotos per a concursos fa que no ens llegim detenidament el que es mes fundamental dels concursos, les bases...Bona reflexió¡

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  2. Buena leccion, para los manipuladores gracias por tu advertencia,dando ejemplo y siempre respetando la fotografia, si señor.

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  3. Sebastián Ramírez28 de junio de 2011, 21:52

    Muy bueno Francisco me uno a tus palabras, ya que a mi tambien me ha pasado, si señor.

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