Supongo que todos recordáis el cuento de Pinocho, el famoso muñeco de madera que quería ser un niño de verdad y que no podía mentir porque, al hacerlo, su nariz crecía y Gepetto, su "padre", le descubría. Pues bien, parece ser que algo de verdad había en su pequeño "problema" con las mentiras. Hace unos meses, unos investigadores de la Universidad de Granada, anunciaban su descubrimiento de lo que ellos han denominado el "efecto Pinocho". Al parecer, cuando mentimos, la nariz no aumenta de tamaño (como le pasaba a Pinocho) pero sí que aumenta su temperatura.
Cuando me encontré con estos "Pinochos" pensé en aquel curioso descubrimiento e, inevitablemente, me acordé de todos aquellos "personajes" que se empeñan en hacernos creer que están haciendo todo lo que está en sus manos para que todos tengamos trabajo, hogar, sanidad y una educación digna. Seguro que los termógrafos se dispararían registrando la gran cantidad de mentiras que cada día nos hacen creer. Os dejo pues, una imagen de los verdaderos títeres de un sistema cada vez más obsoleto e injusto...
Saludos!
Saludos!
Buena reflexión, Paco...
ResponderEliminarUna gran reflexión, lastima que nadie piense en ello!...me encanta la foto.
ResponderEliminarEse Pinocho que ademas de la nariz que le delataba tenia la "virtud" de ser bastante inconsciente, que olvidaba de había nacido dependiendo de que alguien moviese los hilos para que el bailase a su gusto.
ResponderEliminarMira que si vamos a tener que buscar un Pepito Grillo para cada político inconsciente...
Ets un geni, cosinet!!!!
ResponderEliminarPetons i records a les teves floretes! ;)
Molt bona reflexió...i que foto més creativa!
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