Hoy quería mostraros esta imagen que hice en uno de mis viajes a Ibiza hace ya más de veinte años. Durante aquel viaje, uno de mis mejores amigos que por entonces vivía allí, me llevó a uno de los rincones más mágicos de la isla para mostrarme aquel Buddha pintado sobre aquella roca.
Según me contó, en los años sesenta llegó un japonés a la isla buscando un lugar especial donde dar un giro a su vida y dedicarse a la meditación. Acababa de vivir la barbarie de Vietnam y, cuando llegó a aquel rincón de la isla, enseguida quedó atrapado por su encanto y su energía, por lo que se quedó a vivir en una pequeña cueva que encontró junto a una roca. Allí aprendió a vivir de lo que encontraba en la naturaleza y se dedicó a pintar un Buddha junto a su refugio.
Según cuenta la leyenda, estuvo viviendo allí unos tres años hasta que un día desapareció, dejando su Buddha en aquel pequeño altar en la roca.
Saludos!
Impresionant la pintura y de segur que es impresionant voreu, pareix que tinga relleu i tot
ResponderEliminarEse hombrecillo era todo un artista,algo asi como tu,ya que el plasmo su Buddha con todo detalle en un lugar tan inospido, y tu le sacas el misticismo que representa con brillantez...Bonita,como todo lo que me gusta.Saludiños chicon.
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