El sábado por la tarde, mientras esperaba las últimas luces, estuve haciendo algunas composiciones con las rocas y el mar en movimiento. Además de ser muy entretenido, es un ejercicio perfecto para trabajar nuestra visión y nuestra creatividad. En ese sentido, cuando realizo este tipo de tomas, me fijo mucho en la forma y en las texturas de cada roca que me llama la atención, intentando imaginar el efecto que producirá el agua al pasar por encima de ellas y analizando si la imagen resultante conseguirá transmitirme algo.
Después de un buen rato jugando con varias rocas, sin conseguir lo que tenía en mente, me encontré con esta roca. Me llamó poderosamente la atención por su forma alargada y su brillo metálico. A pesar de que la roca me ofrecía varias posibilidades a la hora de componer, lo ví claro desde el primer momento. Necesitaba centrar la roca horizontalmente para que el peso visual de la imagen no quedara descompensado pero, a la vez, quería que quedara algo descentrada verticalmente para que ayudara a transmitir esa sensación de equilibrio que a mi me transmitía. Y éste fue el resultado.
Saludos!
Como siempre geniales,...,me gustan esos pequeños tonos de los reflejos de esa luz cálida en el agua, que contrastan con el tono metálico general de la toma. Saludos.
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