31 marzo 2009

"Lusus" de O. speculum





Aunque a primera vista os recordará a la Ophrys speculum, se trata de un lusus de la misma, es decir un ejemplar que presenta una malformación. En este caso, el ejemplar que encontré presentaba una anomalía en el labelo -de forma petaloide- y había perdido los dos lóbulos laterales. Los lusus son fallos genéticos de origen natural (mecanismo que tienen las orquídeas para adaptarse al medio) o debidos a factores externos, como la acción antrópica (uso de pesticidas, pisoteo, etc.) o a la intervención de algún insecto.

Aunque se dan bastantes casos de híbridos y ejemplares aberrantes o lusus, no es fácil dar con ellos, por lo que siempre es una alegría encontrarte con uno de estos caprichos de la genética y poder fotografiarlo.




24 marzo 2009

Ya están aquí...





Sí, ya están aquí las orquídeas! Bueno, en realidad, hace un par de meses que llegaron, pues a principios de enero ya podemos encontrar las Ophrys lupercalis por nuestra comarca. Este año, por lo que estoy viendo, van algo mas atrasadas respecto a otros años, pero en estos momentos ya están floreciendo la mayoría de especies.

La espectacularidad de sus formas y colores siempre han atraído la atención no sólo de los insectos, sino también de los fotógrafos. Cada temporada, casi sin darme cuenta, salgo en su búsqueda para disfrutar de su belleza y conseguir mejorar mis imágenes.

Cada año suelo visitar las mismas localizaciones e intento hacer un seguimiento de las especies que allí voy encontrando. Al final ya sabes de sobra cuándo vas a encontrar cada especie y donde, lo cual es una ventaja a la hora de buscar determinadas imágenes. A pesar de que muchas de las especies son muy comunes y abundantes, no por ello dejan de ser interesantes desde el punto de vista fotográfico. Siempre se da alguna circunstancia que hace diferente cada fotografía: la luz, el fondo... De vez en cuando, el azar premia tu fidelidad con alguna sorpresa, como puede ser encontrar alguna especie que no tenías fotografiada o algún ejemplar raro de alguna especie. El año pasado, por ejemplo, me llevé una gran alegría al encontrar un interesante lusus de O. Speculum que os mostraré en otra ocasión.

Una vez que tienes diferentes especies de orquídeas en tu archivo, lo que intentas siempre es encontrar la imagen perfecta. Una imagen que, en realidad, nunca llegas a materializar, pues siempre se te ocurre otra que quieres conseguir, pero siempre vas en su búsqueda. También intentas mirarla desde otros ángulos, a veces desde puntos de vista atrevidos, siempre intentando descubrir sus belleza más íntima.

Lo que sí puedo deciros es que, fotografiar orquídeas, es algo apasionante que te engancha de manera sobrenatural y que hace que quieras aprender más sobre ellas y seguir siempre reflejando su delicada belleza a través de tus imágenes.

Este año he decidido compartir mi pasión por las orquídeas organizando el Taller de Fotografía de Orquídeas que tendrá lugar en Jávea a finales de abril. Estoy seguro de que lo pasaremos en grande descubriendo a estas bellezas y, por supuesto, aprendiendo a fotografiarlas. Os espero!




19 marzo 2009

Talleres de Fotografía



Os subo el cartel de los talleres que he organizado para esta primavera. Con ellos, estreno una nueva sección en la web en la que iré anunciando los diferentes talleres y cursos que vaya organizando. Comienzo la sección con cinco talleres dedicados a la fotografía de la naturaleza. El primero es el más general y los demás bastante específicos. En la web tenéis toda la información de cada uno. Si a alguien le interesa o tiene cualquier duda, que contacte conmigo. Saludos!



06 marzo 2009

Buscando respuestas…


De pequeños, aprendemos a leer para poder descifrar lo que los libros nos dicen. Aprendemos el lenguaje que nos ayudará a seguir entendiendo algunas de las claves de nuestras vidas. Sin embargo, nadie nos enseña a leer los mensajes de la vida, a descifrar el misterio de nuestra existencia. Con la fotografía ocurre lo mismo, nos enseñan a medir la luz, a componer la imagen, a disparar…, sin embargo nadie nos enseña a descifrar el porqué de aquella imagen.

Muchas veces, durante alguna de mis salidas fotográficas, me pregunto por qué he detenido aquel instante y no otro. Y por mucho que pienso no logro descifrar el porqué de ese gesto casi impulsivo que me ha llevado a materializar un momento que luego se desvanece y que sólo mi retina y mi memoria son capaces de recordar. Y es así el juego de la fotografía, una continua búsqueda de respuestas sobre lo que hacemos, sobre lo que vemos, sobre lo que intentamos encontrar en cada una de las imágenes que realizamos. De hecho, detrás de cada imagen hay mucho más que unos colores, unas formas o una composición. Siempre hay algo que ha sido lo que te ha impulsado a apretar el disparador, a detener esa insoportable fugacidad del tiempo. Pero muchas veces no somos capaces de descifrar el verdadero motivo que nos ha llevado a esa imagen. Es entonces cuando nos damos cuenta de que nos quedan muchas preguntas sin respuesta, muchos interrogantes que esperamos resolver algún día, quizás cuando nuestra visión fotográfica haya evolucionado y haya madurado lo suficiente como para entender nuestro propio lenguaje fotográfico. Quizás esa madurez fotográfica sea la que nos explique muchas de esas cosas que no hemos logrado entender durante toda nuestra trayectoria como fotógrafos y con esa idea, anhelamos llegar a la verdad más profunda de nuestro subconsciente.



05 marzo 2009

Sensaciones...





Faltan todavía unas horas para levantarme y los nervios me han despertado. La habitación sigue oscura y, aunque lo intento, me resulta difícil volver a conciliar el sueño. En mi mente se proyectan decenas de imágenes del lugar al que tengo pensado ir para buscar las primeras luces del día. Es un lugar que suelo frecuentar, por lo que los encuadres y los primeros planos se suceden de forma automática en mi mente. Sin embargo, no logro matizar cómo son las luces y las tonalidades en las imágenes que estoy imaginando. Quizás sea eso lo que me mantiene desvelado, la incertidumbre de no saber cómo amanecerá el día, cómo será la luz, si habrán nubes o no, si conseguiré la imagen que tengo en mente desde hace tanto tiempo... Mientras pienso en todo eso, siento como se me acelera el pulso. Respiro profundamente e intento tranquilizarme pensando en que, pase lo que pase dentro de unas horas, siempre tendré la tranquilidad de poder volver. Después de un buen rato pensando, me quedo dormido de nuevo, casi sin darme cuenta.


Son casi las cinco y media. Me he despertado unos minutos antes de que toque el despertador, como si hubiera adivinado que iba a sonar. Lo apago antes de que suene y me levanto de la cama casi de un salto, ansioso por lo que me espera. En apenas unos minutos, ya huele a café calentito en casa. Lo saboreo mientras miro por la ventana intentando adivinar, entre la oscuridad, qué tiempo tendré. Diviso algunas nubes aisladas pero todo parece indicar que habrá suerte y amanecerá despejado.


La noche es fresca y la brisa del mar me recibe en medio de la oscuridad. Como siempre, he venido bastante antes de las primeras luces para buscar el mejor emplazamiento y localizar los primeros planos que me interesan. Apenas hay visibilidad, pero decido prepararlo todo para no perder tiempo. Monto el gran angular. Espero sentado unos minutos intentando disfrutar de ese silencio mientras estudio la cadencia de las olas rompiendo en las rocas. Veo como, poco a poco, el horizonte se va aclarando, y me dispongo a hacer las primeras imágenes. Hay poquísima luz y casi no puedo divisar el horizonte por el visor para componer la imagen, así que me arriesgo y, después de calcular la exposición, aprieto el obturador y ¡voilà! El horizonte me ha salido perfecto a la primera y el primer plano me gusta cómo ha quedado. Compruebo el histograma y veo que todavía puedo apurar un poquito más por la derecha. Repito la toma sobreexponiendo un punto. Cambio de encuadre y tomo alguna foto más. Aún quedan unos minutos para el momento mágico, por lo que realizo estas tomas sin prisas, disfrutando de lo que tengo delante, absorbiendo esa brisa por cada poro de mi piel, sintiéndome afortunado de formar parte de ese escenario tan sublime.


Lentamente, el horizonte va adquiriendo tonalidades cada vez más cálidas. Se acerca el momento. Mientras saco los filtros degradados de la mochila, intento visualizar los encuadres en mi mente. Sé que en unos minutos todo habrá terminado, así que tengo que aprovechar al máximo esos instantes. El diafragma que he elegido me obliga a disparar a varios segundos. Me concentro. Es en esos instantes decisivos cuando te das cuenta de lo importante que es conocer bien tu cámara y, así, poder centrarte en componer cada imagen. Una detrás de la otra, las imágenes van apareciendo en la pantalla de mi cámara. El espectáculo es impresionante. De nuevo, se me acelera el pulso. Respiro. Sin perder tiempo, voy cambiando de ubicación y buscando los primeros planos que tenía controlados. Poco a poco, la tarjeta se va llenando de bellas tonalidades, de instantes efímeros que nunca más se repetirán. Apuro los últimos instantes. De repente, una explosión de colores aparece en el horizonte. La cálida luz del sol empieza a inundarlo todo. El disparador se detiene. Es el momento de respirar hondo y de asimilarlo todo. Guardo la cámara. Hoy, su sensor se me antoja insignificante para registrar tanta belleza. Me pregunto cómo es posible transmitir todo eso en una imagen...



01 marzo 2009

Bienvenidos a mi blog!





Si estáis aquí es porque ya habéis visto mi web y algunas de mis imágenes, así que no hace falta que me presente. Después de ver la acogida que ha tenido mi recién estrenada web, inauguro este blog donde os iré contando mis experiencias fotográficas y todas aquellas reflexiones o noticias que os puedan interesar. Asimismo, será aquí donde os iré informando de futuras actualizaciones y donde subiré imágenes que, por cualquier razóno, no publicaré en la web.


Así pues, con esta imagen, inauguro este espacio que intentaré actualizar cada semana. Espero que sea de vuestro interés. Saludos!